Tupe-Perú

Marka, Aysha y Qullqa

LA MUJER JAQI

1977 Revista Yauyos 21/pp22-23

El año pasado fue año internacional de la mujer y el año de la mujer peruana hubo mucho impulso hacia la reivindicación y revalorización de la mujer. La idea inicial para este impulso es que la mujer, relativo al hombre, ocupa un status inferior y que conviene buscar una igualdad de ella con el hombre para mejorar su s situación. Es verdad que en las culturas de Europa occidental y en muchas partes del mundo la mujer ha sido denigrada aún cuando cumplía roles esenciales en el campo económico. Es verdad también que en Europa, y en las culturas derivadas de allí, que incluyen a las de la América española y la América inglesa, la revolución industrial de las mujer lo poco que tenia convirtiéndola para los hombres capitanes de la industria, en un objeto de consumo conspicuo, en un objeto de decoración para la carrera del hombre. También es verdad que con la conquista de las Américas, se trajeron aquí lengua religión y folklore, literatura, y hasta humor que burlaban de la mujer y/o reafirmaban en todo momento la actitud básica hacia ellas que el macho es la medida absoluta de todo y la hembra una derivación por una copia efectiva.

Empero, no ha sido siempre así en todo lugar y tiempo más bien, hay culturas netamente peruanas que tenía y tienen filosofía y otra manera de actuar, otro punto de vista encerrado en lenguas, culturas, religiones, folklore. Literatura y hasta humor netamente peruanas, que florecían en territorio peruano antes de la consulta y que continúan vivas y sanas hasta hoy en día, aunque sin el realce de antes por los actuales predominios europeos y amenazados en parte por esta cultura dominante.

En este año de la Mujer Peruana y de la Mujer Internacional, podemos mirar a estas culturas para aprender, para ver la realidad de las posibilidades de establecer una cultura donde lo que importa es lo humano.

La familia lingüística Jaqi es también una familia cultural. Consiste actualmente en tres lenguas conocidas, aunque en épocas anteriores es muy probable que tuviera una extensión mucho mayor, quizá por caso la totalidad de lo que es hoy el territorio peruano. Hoy día las tres lenguas son:

JAQARU: hablado por mas de dos mil personas, en la sede cultural de la comunidad de Tupe, comprendida por los pueblos de Tupe, Aysha y Qullqa en la provincia de Yauyos, y por emigrantes de Tupe residentes en otros pueblos de Yauyos, en Chincha y en Lima.

KAWKI: hablado ya solo por la generación de los abuelos, unas veinte personas, en la sede principal de Cachuy y en el pueblo de Chavín, fundado por los Cachuinos, y en el pueblo de Canchán, en la provincia de Yauyos.

AYMARA: hablado por mas de dos millones de personas; es la lengua materna de unos pueblos al norte de Chile de más de un tercio de la población de Bolivia, y de aproximadamente medio millón en las provincias de Puno, Tacna, Moquegua y de emigrantes de estos sitios en Lima y otros centros del país.

La cultura de estos grupos es la lengua y de la cultura, a las ideas básicas, a los valores mas caros, y en la actitud hacia la vida. Varían en cuanto a detalles y dentro del enorme grupo de Aymaras hay también variantes de pueblo en pueblo en la cultura como en la lengua; pero son variantes de detalle, no de fondo. En parte por los mayores recursos que se implica un numero mayor de gente, los Aymara han conservado un ritual mas compleja de lo que se encuentra hoy día en Tupe o Cachuy, en, por ejemplo, el matrimonio; pero, otra vez, es diferencia de detalle y de complejidad, pero no de principios ni de bases.

En la lengua española la primera división es sexo, o genero él o ella, el y la, con toda persona y todo sustantivo. En las lenguas Jaqi la primera división es humano / no humano. Han en las lenguas Jaqi dos juegos de pronombres uno para humanos y otro para no humanos. El pronombre de la tercera persona, jupa en Aymara, upa, en Jaqaru, quiere decir “ella, él, ellas ellos” _ pero solo refiriéndose a personas. Si se refiere a animal o a objeto hay otro juego de pronombres: acá, en todas las construcciones gramaticales de la lengua: un postulado básico de las lenguas Jaqi es la distinción entre lo humano y lo no humano. También se hace la misma distinción en la cultura, al educar a las hijas y los hijos, lo primero que les enseña es la importancia de respetar a todo ser humano y a aprender a portarse como ser humano, cuando la chiquita o el chiquito se porta mal, se le resondra diciéndole por que no se porte como animal o que no trate a los demás como si fueran animales. En castellano lo que solemos decir mas bien es que porten como corresponde a su sexo, que “los hombrecito s no llorar”, que “las mujeres no hablan así”, que “tienes que ser fuerte porque eres hombre”, que “una muchacha no se porta así”, que “tienes que ser fuerte porque eres hombre”, etc.. noten que desde el primer momento enfatizamos en castellano la importancia del sexo, mientras para el niño de cultura jaqi lo que se enfatiza desde el primer momento es la importancia de ser humano, de hacerse una persona de verdad, sin distinción sexual.

Entre las culturas jaqi la mujer es la productora principal de la agricultura, los animales domésticos, de la economía familiar, y de la casa. Los hombres también tienen roles importantes dentro de la agricultura y tienen control principal de contactos con al gente no Jaqi – esto por decisión de la gente no – Jaqi, no por la cultura Jaqi _ y de roles ceremoniales, tanto en la política como en la religión. Sin embargo, las mujeres y los hombres pueden sustituirse mutuamente cuando hay necesidad; por ejemplo, cuando una mujer da a luz, es costumbre que si esposo cuide todo durante cierto periodo, con o sin ayuda de los parientes o de ella o de él. Pero, es consabido por todos que la mujer realiza mejor el trabajo del hombre, que el hombre el de la mujer, y así, es mas factible que uno vea a una mujer con el arado que a un hombre colocando la semilla de la papa; o a una mujer en una posición ceremonial que a un hombre regateando en el mercado.

La división del trabajo entre las mujeres y los hombres varían un poco entre las varias culturas Jaqi y dentro de los Aymara, de sector en sector. En general, el hombre realiza el arado y la mujer coloca la semilla. Todos saben hilar , pero en algunos sitios mujeres y hombres tuercen y en otros solo el hombre. En algunos sitios los hombres traen troncos, los chicos leña, los hombres cuidan el fuego de la cocina y las mujeres cocinan; en otros sitios todas estas tareas se comparten juntos sin especificar para mujer u hombre. En todas partes tanto mujeres como hombres tejen, pero la prenda que le toca a la mujer o al hombre varia: en Tupe el hombre teje urku (vestido de la mujer), kacxa (manta de la mujer), el poncho de los hombre, q’aqnushu (honda para cazar); la mujer teje k’ana (para las trenzas), w’aka (faja ponen todos), q’aqnushu (honda para adorno). En muchos grupos de los Aymara la mujer teje awayu (manta que usan las mujeres para cargar), pero el hombre teje los costales en que se carga la cosecha en burros u otros animales.

Los bebes que todavía maman están al cuidado exclusivo de la mamá; después cuando ya caminan algo y cuando dejan de mamar, las hermanas y los hermanos mayores y el padre se van encargando descuidado de ellos. Ya cuando tengan seis u ocho años, si no está junta toda la familia, es mas probable encontrar a un chico con su papa y su mama. Los chicos también tienen que contribuir al bienestar de la familia, trayendo leña, pastando los animales, trayendo agua, cuidando hermanitos y ayudando como puedan en el campo.

En cuanto a las actividades básicas de la economía, sale u cuadro de cooperación y de complementación, una cooperación bien reconocida por todos, sin que trabajen todos juntos no va a haber cosecha. El ideal es que quien vea que hace falta hacer algo, que lo haga: la pereza es quizás el peor de los pecados entre los Jaqi y el peor de los insultos. Los jaqi se preocupan mucho mas de la productividad y de la capacidad para el trabajo, ya no tanto de los roles que correspondan a cada que es la preocupación de las culturas derivativas de Europa. La capacidad productiva de la nueva pareja por ejemplo, es uno de los puntos de más realce en la ceremonia matrimonial entre los aymara.

La mayor parte de las actividades de la mujer jaqi se realizan fuera de la casa, no adentro o en el campo, o en el mercado o en el patio. Las casas se hacen más sólidas y fuertes sin ventajas que solo servirán para que entren los ladrones o el frío. Las casas son para dormir la única actividad que si se realiza siempre en el abrigo de las casa. Como se pasa tan poco tiempo dentro de la casa, y casi siempre de noche, se suele prestar escasa atención al decoro interior de las casas; mas se esmeran en la apariencia de las chacras, de los animales, de sus tejidos, y de sí misma, sobre todo en ocasiones ceremoniales; es decir en las evidencias de productividad.

La mujer Jaqi es quien controla la bolsa familiar, tanto de ingreso como de salida. Una de las ceremonias matrimoniales entre los Aymara, por ejemplo, consiste en entregar a la mujer toda la plata recibida por la pareja de parte de la comunidad; ella la carga a espaldas y con esta carga baila, simbolizando así su poder financiera. Este poder llega a tener una importancia grande en las regiones donde predomina la población Aymara, ya que el rol de comerciante familiar ha dado a la mujer Aymara control virtual de los mercados, por ejemplo, en ciudades como la Paz, Bolivia. Son ellas quienes hacen el negocio tanto de mayoristas como de minoristas, y a nivel internacional tanto como nacional. Muchos de las flotas de camiones que sirven a la Paz son de la propiedad de mujeres Aymara quienes a veces manejan ella. En la carrera de automóviles de 1966 (como el del Camino de los Incas aquí en el Perú) fue ganadora una mujer Aymara. Y no hace falta que sepan leer ni escribir para llevar a cabo negocios  hasta internacionales amuchas he conocido que pueden llevar en la cabeza cuentas fabulosas, de lo que deben y lo que les deben , con intereses acumulados y sin olvidar tras largos años.

Desgraciadamente, por el tipo de contacto cultural impuesto por la sociedad dominante, los logros, las capacidades, las habilidades, y el poder de las mujeres Jaqi no se llegan a ver. El de afuera siempre prefiere hablar con “el hombre”, y, tras tantos siglos de contacto, han aprendido que el “misti” prefiere que todo parezca que viniera del hombre, así que, aunque el hombre este transmitiendo la opinión de su señora, el de afuera no lo oye así. Hasta hay un detalle lingüístico que aumenta esta impresión para el de afuera. En las lenguas Jaqi es obligatorio especificar la relación de la segunda persona al asunto de la oración, pero no es necesario especificar número; es decir, cuando hablo de mí tengo que indicar si usted está incluido o no, pero no tengo que indicar si hay o no otras personas implicadas. Así que el hablante de las lenguas Jaqi ha tomado del castellano dos formas, yo y nosotros, que para el Jaqi, hacen un distingo inútil –el de número- y las usa para un distingo para Jaqi realmente importante: yo excluye a usted y nosotros incluye a usted. Así que, cuando un hombre de habla Jaqi esté hablando con uno de habla española va a decir “mi casa, mi cosecha, mi vaca”, ya que nada de esto es de el de afuera –“nuestra casa” se reserva para lo que es tuyo y mío para el de habla española todo lo entiende como singular- del señor y nadie más.

Como los de afuera nunca hablan con las mujeres, permanecen en su ignorancia, me acuerdo de dos casos de proyectos de agencias de desarrollo en Bolivia, uno tenía que ver con la esquila y el otro con la crianza de conejos., como hemos dicho arriba, es la mujer Jaqi quien se encarga de la responsabilidad de los animales, pero esto no lo sabían los de afuera, y preguntarán porque  creían saber ya quien tenía autoridad. Los hombres aymara corteses y respetuosos como siempre, asistieron a los cursos, recibieron los diplomas con toda la ceremonia que querían los de afuera, y los dos proyectos se fueron al fracaso – es decir, cuando se fueron los “desarrolladores” los hombres volvieron a sus tareas acostumbradas, que no incluían ni la esquila ni la crianza de conejos. Las mujeres gozaron bastante de las payasadas de los “desarrolladores”, pero, desde luego, como respeto y valor humanos son valores de tanta importancia entre los Aymara, no hicieron saber a ellos que lo que hacían entra una payasada. El recuento de lo de la esquila por parte de una de las mujeres que l vio todo, a nosotros nos hizo reír hasta llorar.

También en cuanto a nombre, a propiedad, y dentro del matrimonio son las mujeres Jaqi que pudieran darnos lecciones. La mujer Jaqi jamás toma no el nombre ni el apellido de sus esposos  y la mujer Jaqi siempre ha sido dueña de sus propias chacras y terrenos y animales. En el matrimonio se hace una asociación de dos individuos que siguen siéndolo, sin apocamiento no de uno ni de otro. El propósito simbólico de las ceremonias matrimoniales es de enfatizar el rol productivo y los lazos de responsabilidad que tiene la nueva pareja con la comunidad. Es interesante que el móvil principal tras los movimientos de liberación femenina en el mundo occidental ha sido justo el derecho a nombre propio (no derivado del esposo como propiedad del esposo) y a propiedad –ya que en todos los países de derivación europeo, inclusive todas las Ameritas ha habido siempre leyes que limitaban o el acceso de la mujer a la propiedad, si se le permitirían título, su derecho de disponer de lo suyo. Cuando explicaba yo una vez el sistema anglosajón donde la mujer toma nombre y apellido del esposo al casarse (bajo el lema – el matrimonio es una sola persona y esta persona es el hombre), un hombre Jaqi me miro incrédulo y me dijo “pero entonces, ¿Cómo se hace la herencia?”. Justo, allí está la clave –la herencia entre las sociedades derivadas de Europa es y ha sido principalmente para varones, con herencia para mujeres cosa casual o de suerte, pero aun así, raras veces con el poder de controlar lo que le tocara. Hechos realmente escandalosos para la mentalidad Jaqi, porque esto es no reconocer el valor personal de la mujer, es negar la humanidad inherente.

Repito: la mujer Jaqi recibe herencia de tierras y de animales de su madre y su padre y traspasa a sus hijos e hijas o dispone o adquiere como a ella mejor le parezca; también a su hermano le toca la herencia. Es dueña ella toda sui vida de sus propiedades y de su nombre y de sus apellidos.

Por el tipo de contacto impuesto por el mundo de afuera y por la obvia necesidad del castellano, las mujeres Jaqi mucho quieren la escuela para sus hijos varones. Reconocen que el mundo occidental no abre puertas para las mujeres y así que les va ayudar ir a la escuela. Tanto en el Perú como en Bolivia han sido las mujeres el motor para las construcciones de escuelas en sus pueblos, después para sus peticiones a los gobiernos para profesores, y a veces terminado sus hijos varones su primaria han optado para emigrarse para la mejor educación de ellos. Hay en las mujeres Jaqi un deseo grande de progreso. Mejoría, que, juntamente con el altísimo valor concedido al trabajo y a la productividad hace que logren faenas increíbles aun sin saber castellano y con la activa hostilidad de la sociedad dominante. Todos los hombres Jaqi a quienes he conocido quienes han logrado un alto nivel  de educación l9o han hecho gracias al impulso de su madre, ellas muchas veces monolingües y analfabetas, a veces con y a veces sin la aprobación y apoyo del padre.

La vida de la mujer en las culturas Jaqi no es fácil –es una vida dura de mucho trabajo y, por las condiciones ambientales, azotada por problemas de salud, por acechanzas del clima contra las cosechas, por una alta tasa de mortalidad  sobre todo entre sus pequeñitos. También el sexismo de la sociedad dominante le acota cuando busca mejorar su situación aprovechando de algo que pudiera ofrecer esta sociedad. Pero, no por todo esto es ella una persona pisoteada. No conviene cegarnos a valores profundamente humana porque no reencuentran en un ambiente de riqueza natural.

La virtud básica de las culturas  Jaqi es el respeto, el respeto para todo ser humano. Esta virtud se inculca a los niños desde temprana edad con preceptos, dichos, y correcciones de cada falta. El no respetar se ve como tratar a otro ser humano como animal o si no portarse uno como animal. Como hemos visto, esta virtud corresponde a la división básica de la gramática Jaqi entre humano y no humano. Es siempre obligatorio reconocer la presencia de otro ser humano; los chicos siempre saludan a los mayores, los adultos siempre con respeto. La sanción para tratar a otro como animal es silencio de parte del ofendido. Como los de afuera más bien suelen mostrar falta de respeto para los de habla Jaqi, se les sanciona como regularidad; de allí viene mucho del mito del “indio taciturno” –cosa lejos de la verdad ya que el arte desarrollado a un extremo entre la gente Jaqi. Pero dentro de la cultura Jaqi el respeto se debe y se da a todo ser humano.

La mujer Jaqi no es una persona sin poder ni recursos. No es, dentro de su propia cultura, una persona sojuzgada. Ella y su hombre realizan distintas tareas, pero son esenciales uno para el otro, y, para vivir bien, tiene que hacer una sociedad entre dos cooperación e igualdad- hecho bien reconocido por los dos.

En este año Internacional de la Mujer, se me hace que nos conviene mirar a sociedades como la Jaqi para ver como se puede hacer una sociedad más equitable en vez de ver solamente  por los propios lentes distorsionados e irnos a “liberar” a la mujer Jaqi, cuando mas bien ella pudiera  venir a liberarnos a nosotros.

Y en este Año de la Mujer Peruana pudiéramos aprovechar de valores netamente peruanas para el bien de todas las mujeres del Perú, adoptando como norma del país la que una es de la cultura de una porción no inconsiderable de la población. Al mismo tiempo, al querer integrar a la sociedad jaqi a la sociedad nacional, se pudiera tomar en cuenta el rol de la mujer en estas sociedades y no destruir la población que ella tiene a cambio de unos remedios para sus males o mejorías para sus cosechas. Una integración de los valores Jaqi con la tecnología occidental pudiera quizá dar una sociedad que, desde el punto de vista de donde estamos hoy día, sería un paraíso.

Que la falta de bienes materiales y nuestro propio etnocentrismo no nos cieguen ante el aspecto de una sociedad cuyo valor mayor es un respeto descomunal por lo humano.

5 pensamientos en “LA MUJER JAQI

  1. xvr ayudo en mi trabajo d expo grax!

  2. Moho Valle en dijo:

    Como aymara q soy, veo q hay palabras que significan los mismo en las lenguas jaq’aru, aymara y kawki con una ligera diferencia en la escritura. . . interesante ¿cómo en el departamento de Lima, provincia de Yauyos, distrito de Tupe puede haber estas lenguas?. . . ¿cómo puede haber pueblos enteros hablando estas lenguas, habiendo una distancia geográfica grande entre estos pueblos? …. un misterio por resolver … estas lenguas son antecesores al quechua. . . que buen principio que he heredado, diferenciar lo humano y lo no humano , siempre presente la bipolaridad para la existencia de un fenómeno, el bien y el mal, lo positivo y lo negativo, la vida y la muerte, el éxito y el fracaso, el arca y la ira, no hay mediocridad ni medias tintas o INTERPRETACIONES SEGÚN CONVENIENCIAS. Existe una formación colectiva desde la niñez, lo que haces influye en tu entorno. Que sabias culturas.

    Saludos a mis hermanos de lengua.

    Atte,

    Un aymara moheño(puno) que radica en Lima

  3. Gracias por participar en nuestra página web.

    Sugiero que lea el cuadernillo que se puede encontrar en [http://ufdc.ufl.edu/UF00095867/00004?search=jaqaru] .

    Todas las lenguas que actualmente se hablan son de la misma edad.

    Quechua sí hace antónimos, pero las lenguas Jaqi no. Una persona Aymara, una vez que le pedí el antónimo de hombre me dijo ‘piedra’ después de un largo largo rato de pensamiento. Como Aymara hablante usted mismo se dará cuenta de que no se puede encontrar antónimos.

    Sus comentarios están bienvenidos.

    Dr. MJ Hardman

  4. esta bonito todo los mensajes de jaqaru

  5. y las imagenes son preciosas

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